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Marcos Madrigal: La individualidad del artista

¿Cuál es la primera experiencia que recuerda con la música?
Comencé a tocar el piano cuando tenía solo tres años de edad, por eso tengo poquísimos recuerdos, pero sí sé que desde que tengo memoria formaba parte de mi cotidianidad diaria.

Tuve la suerte de que mi Tata (baby-sitter) era una profesora de música y asi mientras yo jugaba en la esquina de una habitación, la escuchaba impartiendo las clases. Aquellas seis, siete, horas que ella impartía al día de alguna manera entraron en mí. Así fue mi acercamiento a la música, pero es difícil enmarcar la primera experiencia.

¿Qué personalidad musical cree que le influyó más en su carrera?
Es muy difícil la pregunta porque hay muchísimas personalidades que han influido en mi carrera. Mencionaría a muchos de mis profesores, pero especialmente a dos Maestros que quizá fueron las dos personas que más han influido o han hecho aportes en mi desempeño como artista, pianista y ser humano. Y ellos son: la profesora de piano y pianista cubana Teresita Junco, y el profesor y pianista norteamericano Wiliam Grant Naboré.

Son dos personalidades que me ayudaron a amar la música en cada momento y que influyeron haciéndome cambiar mi visión de lo que era el arte pianístico y la creación musical en general.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más le gustaba estudiar de joven?
El compositor que más disfrutaba tocar de joven era Robert Schumann. Me llamaba mucho la atención y me atraía la riqueza psicológica de este gran compositor. Todas las características de esquizofrenia y genio que encontramos en su música me causaban una sensación de empatía y un interés particular. La riqueza de situaciones, personajes y contrastes en sus obras me apasionaban muchísimo.

Pienso que, para cualquier intérprete, la gama, el material, el genio y la grandeza de Schumann son un gran un reto y todavía hoy es un compositor que causa en mí sumo interés.

¿En qué repertorio se siente más a gusto en la actualidad?
En la actualidad, el repertorio con el cual me siento más a gusto es con el ruso de inicios del siglo XX, particularmente tres compositores: Aleksandr Skriabin, Sergei Prokofiev y Sergei Rachmaninov.

Cuéntenos, por favor, alguna experiencia o anécdota que le venga a la memoria que tenga que ver con el piano (en algún curso o concierto…)
Hace ya muchos años, quizá doce o quince, tocando el tercer concierto de Beethoven con la filarmónica de Bogotá en Colombia, bajo la batuta del maestro Enrique Diemecke, en el tercer movimiento del concierto me giré a la izquierda para mirar al director de orquesta y justo en ese momento el cuello se me quedó virado y no pude volver a enderezarlo hasta después de terminado el concierto.

Tuve que saludar al público disimulando y hasta después de varias horas con hielo no logré hacer regresar mi cuello a su lugar. Evidentemente fue signo de tensión corporal y gracias a Dios nunca más me ocurrió, pero cada vez que toco con orquesta y miro para el director me acuerdo de aquella virada brusca que hice.

¿Qué opina de la situación actual de la enseñanza del piano y la música?
Es difícil valorar de forma general la enseñanza musical y pianística ya que es muy diversa en cada región, país o ciudad. Aunque no son muchísimos, tenemos aún la suerte de que podemos encontrar grandes maestros que tienen una relación directa con alguna de las escuelas pianísticas del pasado y son un eslabón de la historia de la interpretación de nuestro instrumento.

Emitir un criterio sobre una región o un país es asunto más complejo ya que existen lugares donde las estructuras de la enseñanza musical están muy bien organizadas, pero no encontramos el profesor de piano que realmente pueda guiar, trasmitir o enseñar todos los recursos técnicos e interpretativos y todo el bagaje cultural e histórico que se necesitan para desarrollarse de manera precisa como intérprete y artista. Si no van de la mano la formación general musical y la individual pianística siempre existirán muchas lagunas.

Como bien sabemos históricamente existen diversas escuelas pianísticas, pero en mi opinión ninguna de ellas es completa al 100%. La suerte que tenemos hoy es que el mundo se ha vuelto tan pequeño que logramos movernos y enriquecernos, alimentándonos directamente de cada una de ellas, descubriendo la riqueza y profundidad que pueden aportar en cada estilo, cada compositor, así como en los aspectos fundamentales para el desarrollo técnico e interpretativo.

En mi opinión, lo importante es encontrar un maestro que, además de ofrecer herramientas y conocimientos, respete la individualidad del artista y ayude a desarrollar sus capacidades sin que el intérprete pierde su esencia y sus cualidades musicales y artísticas.

¿Cree que es útil conocer recursos sobre improvisación? ¿Por qué?
Es muy útil conocer recursos sobre improvisación y desarrollar esas capacidades. Es cierto que en la historia de la interpretación pianística hay muchísimos grandes artistas que no estuvieron familiarizados con esta técnica, y eso significa que se puede ser un gran artista sin ser un gran improvisador o sin tener la capacidad de improvisar.

Pero en mi opinión, para el pianista es muy bueno tener de su lado el desarrollo de la creatividad y la búsqueda continua. Por ello pienso que, aunque la improvisación no esté siempre presente en el repertorio clásico, la necesidad de improvisar es un buen elemento para que un artista sea más completo. Es siempre un recurso positivo y enriquecedor.

¿En qué medida cree que es necesaria la creatividad para el pianista?
La creatividad para el pianista es fundamental y muy necesaria. Si no somos creativos es imposible que nuestro discurso llegue al público. A través del intérprete la música existe y si no tenemos las herramientas y la capacidad de crear y lograr que la música llegue a cada persona que puede disfrutarlo, entonces no tiene ningún sentido hacerla.

Desde el inicio de la formación del artista, en este caso del pianista, la creatividad es uno de los elementos más importantes que se debe fomentar. Sin la creatividad, el discurso musical se vuelve inerte, estéril y no tiene sentido ni cumple con el objetivo que debería tener.

¿Qué consejos o recomendaciones daría a los que empiezan ahora a estudiar piano?
Mi consejo o recomendación para quienes empiezan a estudiar piano sería ser muy pacientes. El piano es un instrumento muy difícil y el desarrollo del proceso creativo es complejo. Hay muchos elementos generales e individuales a desarrollar.

La perseverancia y la disciplina son las dos armas fundamentales para alcanzar los objetivos y llegar a poseer los recursos necesarios para tocar el piano. Mi consejo principal es que sean pacientes, disciplinados y constantes y esa será la fórmula para, poco a poco, adquirir los conocimientos necesarios para desarrollarse como pianista.

¿Quiere añadir algo más sobre su relación con la música?
La música ha sido esencial para mí desde muy pequeño. Con el tiempo descubrí que quizá había dejado un poco de lado el resto de las artes y, sin embargo, pienso que, para cualquier artista, creador o intérprete, es muy importante estar en constante diálogo con todas las manifestaciones artísticas.

En la formación musical en general estamos muy concentrados en desarrollar de manera particular el instrumento o el tipo de música al cual queremos volcar nuestra creación. Pero, recomiendo que los estudiantes vayan y se alimenten del teatro, la danza, las artes plásticas, porque cada proceso creativo es diferente y en cada caso podemos aprender del proceso de los otros.

¿Dónde pudieran nuestros lectores consultar su actividad en la red?
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De la Creatividad al piano.com

Marcos Madrigal Soto


pianista, productor musical, música, promotor cultural, concertista, solista